No sé a ti.
A veces me sucede que me da por ponerme un par de conjuntos de ropa y estoy una temporada con ellos en un quita y pon, directamente a la lavadora y de la lavadora a secar y otra vez a ponerlos.
Y si miro dentro del armario… no se me ocurre qué otras cosas diferentes vestir.
Hasta que un día no les da tiempo a secar, o lo que sea que suceda, y no los tengo disponibles, y delante del armario abierto me pregunto (en modo pánico):
pero vamos a ver…¿¿¿Y AHORA QUÉ ME PONGO????
Necesito pararme, observar y hacerme unas preguntas como
¿Cómo que no tengo más ropa que ponerme? ¿Qué me ponía antes de ponerme estos conjuntos?
Porque yo antes vestía otras cosas…
y redescubres otros colores, otras telas, otros tactos, otros pantalones, otros jerséis…
O abres la nevera y ¡¡no hay lechuga!!
¿Y ahora qué preparo para comer?
Y seguramente a tu nevera le suceda lo mismo que a tu armario… está llena de sabores, texturas, olores…
POSIBILIDADES
Sí, hay vida más allá de la lechuga y de ese pantalón y jersey.
Y te vistes de otro color, y te comes la ensalada de tomate y aguacate, por ejemplo.
Y sucede que vamos cayendo en muy pequeñas rutinas sin casi darnos cuenta y de las que nos cuesta salir como nos quedemos comportándonos en modo automático.
¡¡Claro, claro que hay resistencia al cambio!!
No sabemos cómo hacer lo mismo diferente.
Sin embargo, desde la confianza vamos aprendiendo a gestionarlo de manera más eficaz, más saludable,
a disfrutar con él.
Lo puedes recordar en este otro artículo: “Qué sucede cuando…”.
También puedes recordar como con gremlins, demonios y demás personajes ya estás conociendo y entrenando otros enfoques para gestionar el cambio de manera saludable y convertirlos en palancas de avance. Puedes recordar a «El Demonio de Tasmania».
¿Qué tal dedicar esta semana a hacer pequeños cambios de jerséis y de ensaladas?
Y de este modo, descubrir y entrenar maneras «de hacer lo mismo diferente» y de transitar de manera más natural por el cambio.
¿Qué te parece cambiar el encogimiento de estómago por un aletear de alas?. ¿Cambiar un rictus nervioso por una sonrisa brillante y limpia?
¿Recuerdas este otro post?
Iba de desayunar, de millones de maneras diferentes de desayunar “Y por dónde empiezo…”.
Así que durante esta semana, y hasta que volvamos a encontrarnos, te propongo:
Haz cada día algo diferente a lo habitual y enfócate en disfrutar de ello.
Hazte consciente de dónde están y cómo son tus resistencias, qué te dices, qué es lo que te cuesta, que es lo que te resulta fácil…
Qué te impide disfrutar de este juego, qué te ayuda a disfrutar de él.
Ensaya, entrena y DISFRUTA CON EL CAMBIO. Es adictivo. Es pura vida.
¡¡NOS VEMOS!!
¿Qué has aprendido? ¿Qué pequeña acción diferente puedes hacer ahora?
Y si quieres avanzar un poco más en tu trabajo personal de cambio….
…. puedes apuntarte en una Ruta para Descubrirte donde conocerás, vivirás y te llevarás puestas estas reflexiones que compartimos cada semana.
Comienza con el tramo Barayo a Puerto de Vega: El cambio ¡¡ ya vas a notarlo!!
Aquí tienes el Calendario
Será un placer que compartamos esta ruta.
¡¡¡ TE ESPERO!!!
Por una vida de poderío.
LET’S GO