Si, esas veces que te impides hacer…
…que te impides ser.
Tienes esa gana de aportar, esa gana de crear y te la comes, permites que desaparezca, permites que nos la perdamos.
¿Cómo se construyen ambientes, relaciones, catedrales, mundos, inmensidades,…?
Con cada uno de los granitos de arena que cada persona aportamos.
Qué fácil es perderse en lo que nos proponemos.
O bien nos ponemos en la meta final que de tan lejana y grande nos asusta y frena,
o bien nos ponemos en metas y maneras de terceras personas que de tan lejanas y ajenas nos desmotivan y frenan,
o bien…,
o bien de alguna manera conseguimos empequeñecer nuestros impulsos.
No sólo son válidas las grandes hazañas, las grandes proezas, los grandes impactos. Estas son solo unas de las valiosas maneras, valiosas formas, valiosas oportunidades de hacer cosas en momentos determinados, en ocasiones determinadas.
Pero no las únicas, ni las únicas válidas.
Diferentes formas, diferentes maneras que se necesitan, que se engrandecen tejiendo todas un ambiente, un mundo, una inmensidad,… .
Dale alas a tu forma de crear.
A veces, es dar un saludo o decir un no aunque todo el mundo diga sí. Es dar una opinión con calma que en otra ocasión hubieses callado, es compartir un café y una charla, desprenderse de los objetos que sobran y faltan,….
Incluso a veces, se trata de no hacer.
A veces es salir por la puerta amando con brillo la vida, o que esa persona sepa y sienta que estás presente para ella, tal vez sin ni siquiera hablar o hacer o verse. Mantener un silencio.
A veces, las más, se trata de dar solo ese pequeño empujón. De hacer ese cambio en nuestro interior. De cambiar la manera de querer hacer, de querer estar, de querer ser. Estar con la actitud de aportar lo mejor, de hacerlo lo mejor que sabes y puedes.
Y de este modo, decidir actuar desde la natural grandeza propia de cada uno, de cada una.
Hacer desde tí. Desde tu profundo TÚ.
Hacer desde el alma….creando un ambiente, un mundo, una inmensidad,….
…..seguir compartiendo los granitos de arena.